La Fuerza Aérea de Cuba en la Guerra de Etiopía (Ogadén)Ruben Urribarres |
Este conflicto venía latiendo hacía años. Etiopía por esta época se vio convulsionada por revueltas que llevan el 12 de setiembre de 1974 a la deposición del emperador Haile Selassie, y los siguientes conflictos internos entre los militares etíopes, que terminan con la toma del poder por el teniente coronel Mengistu Haile Mariam el 11 de febrero de 1977. Mengistu declara socialista a su país, y se acerca a Cuba y la URSS.
Un mes después ya llegaban los primeros asesores militares cubanos, y Mengistu cierra el programa de asesoría americano.
Este país había recibido ayuda militar occidental por decenios,
adquiriendo para su Fuerza Aérea ('Ye Ityopia Ayer Hayl') 36 F-86F, 12
F-5A, 2 F-5B, 4 Canberra B.52 (B.2), y otros equipos. En 1973 Etiopía pide
otros 14 F-5E y 3 F-5F, pero con los cambios políticos del país,
el gobierno americano de Jimmy Carter bloquea su entrega, y llegan sólo
8 F-5E. Para mediados de 1977 la Fuerza Aérea etíope contaba en
servicio con unos 35 aviones de combate, entre ellos 16 cazas F-5A/B/E, 3 bombarderos
Canberra y varios F-86. Se basificaban en Debre
Zeyit (la mayor base, cerca de Addis Abeba), y Asmara, Bahir Dar, Azezo, Goba,
Dire Dawa, Jijiga, y Mekele.
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Cazas F-5B similar a los etíopes (Fotos cortesía de MediaEthiopia) |
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Antes en Somalia el general Mohamed Siad Barre había tomado
el poder el 15 de octubre de 1969 mediante un golpe de estado, y también
declara a su país socialista. En 1974 firma un tratado de cooperación
con la Unión Soviética, que incrementa la ayuda militar a Somalia.
Unos 2,000 asesores soviéticos y 50 cubanos arribaron para preparar a los
pilotos y especialistas somalos, reorganizar sus fuerzas armadas, reconstruir
sus bases aéreas. En la URSS se preparan 590 aviadores somalos. Para 1977
el CAS (siglas de su Fuerza Aérea 'Cuerpo Aeronautico della Somalia'),
tenía más de 50 aviones de combate en servicio (cerca de 35 MiG-21
y 15 MiG-17), 10 helicópteros Mi-8, y otros equipos. Su base aérea
principal era Mogadishu, además de Hargeysa, Kismayu y Baidoa.
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El General Siad Barre tenía planes de crear la "Gran Somalia", pretendiendo territorios de sus vecinos Djibouti, Kenia, y la provincia etíope de Ogaden, y con el caos en Etiopía estos reclamos se agudizan. Siad Barre da amplio apoyo militar en secreto a las guerrillas somalas del Frente de Liberación de Somalia Occidental (WSLF) en Ogaden, algo denunciado por Etiopía, pero negado por Somalia. Los choques armados fronterizos entre ambos países se multiplican, y el 11 de julio de 1977 las fuerzas regulares somalas ya abiertamente invaden Etiopía, en ayuda de los 50,000 milicianos del WSLF. El ejército invasor contaba con 34 Brigadas de infantería, motorizadas y de tanques, con 50,000 hombres, 350 tanques T-34/T-55, 350 blindados y 600 piezas de artillería. El CAS los apoya desde el 21 de julio con sus 50 MiG-17 y MiG-21, asestando golpes al ejército etíope, y derribando ese mismo día un DC-3.
Las Fuerzas Armadas etíopes tenían 55,000 hombres, pero 20,000 de ellos estaban enfrascados en la lucha contra Eritrea, y en Ogaden se enfrentaban a los somalos sólo elementos de la 3° División y otras pequeñas unidades, con 10,200 hombres en total, 45 tanques M41/M47, 48 piezas de artillería y 10 cañones antiaéreos. Etiopía moviliza 100,000 milicias y resiste ferozmente, pero la superioridad somala en equipamiento y preparación es tan importante, que derrotan a los etíopes, y para mediados de setiembre ya ocupaban 320.000 km2 del territorio etíope, cuyo ejército se ve en una situación crítica.
Llegada de las fuerzas cubanas a Etiopía
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Ante el avance
somalo, en noviembre de 1977 el gobierno etíope pide ayuda militar a Cuba.
Estas tropas son enviadas a pesar de que la URSS inicialmente estaba en contra
de la participación militar cubana, alegando que esa intervención
de tropas extranjeras podría ser usada por somalos o eritreos para solicitar
tropas árabes, agudizando el conflicto, lo cual no impide el habitual mito
occidental acusando a La Habana de seguir órdenes de Moscú. La isla
caribeña comienza en envío de de tropas regulares y especialistas
por buques desde Cuba, que estarían al mando del General de División
Arnaldo Ochoa. El primer batallón de tanques cubanos llega al frente el
28 de diciembre de 1977. La URSS deja sus vacilaciones y apoya al lado etíope-cubano,
enviando 1,500 asesores al mando del General de Ejército Vasily Petrov.
El jefe de los asesores soviéticos para la aviación es el Teniente
General de la aviación G. Dolnikov.
Los soviéticos establecen desde el 25 de noviembre un gran puente aéreo con 225 An-12, An-22 y Il-76, trayendo entre otros equipos 600 tanques T-55/T-62/PT-76, 300 blindados BMP-1, BRDM-2, 400 piezas de artillería. Se transportaron tropas cubanas de Angola. Para controlar la operación, Moscú lanza el satélite de reconocimiento militar Kosmos-964. La aviación recibe 48 cazas MiG-21bis y MiG-21R para pilotos cubanos y etíopes, 10 helicópteros Mi-6, 6 de ataque Mi-24 y varios de transporte Mi-8. A la izquierda: An-22 Antey de la VVS soviética, cargando un helicóptero Mi-8 para Etiopía en 1977 (Foto: Aviatsia y Vremia)
En total Cuba envía 10,000 efectivos, y Yemen del Sur otros 2,000. Para dirigir las operaciones se establece un estado mayor conjunto, cuyo líder político es Mengistu, y del cual formaban parte 5 Generales etíopes, 8 cubanos, 5 soviéticos y 2 yemenitas. El jefe militar de las operaciones es el cubano General de División Arnaldo Ochoa, y bajo su mando están también los generales soviéticos, aunque en algunas fuentes occidentales surge la leyenda de que el líder era el General soviético Vasily Petrov.
Las Brigadas de Tanques cubanas serían apoyadas en su avance por la Fuerza Aérea Revolucionaria (FAR), cuyas primeras unidades llegan en diciembre de 1977. Eran un escuadrón de MiG-17F, un escuadrón de MiG-21bis, 2 cazas de reconocimiento MiG-21R y varios helicópteros Mi-8, fuerzas que en occidente las estimaron en '100 pilotos cubanos y 1,000 técnicos', exagerando la cifra real de pilotos varias veces, mientras que los técnicos eran sólo soviéticos. Ellos se basifican en Dire Dawa y Harer. El jefe de la FAR en Etiopía es designado el piloto teniente coronel Rubén Interián, y su segundo es el teniente coronel Luis Alonso Reina, ambos experimentados aviadores, acabados de terminar sus estudios superiores en la Academia Kalinin de la Defensa Antiaérea, por Moscú.
Para enero
de 1978 el frente se había estabilizado ante las ciudades de Harar y Dire
Dawa. La FAE y el CAS se habían desgastado en 6 meses de choques entre
ellas, y en las misiones de apoyo a su tropas terrestres. Pero la FAE ya había
ganado la supremacía aérea, se repuso con nuevos equipos soviéticos,
y tenía a la FAR de aliada. Vietnam e Israel le ayudan con piezas para
F-5, también combaten varios pilotos israelíes. Somalia por su parte
no había recibido nuevos aviones, aunque recibe apoyo militar de USA, Egipto,
Arabia Saudita, Irak, Siria, y llegan pilotos de Pakistán.
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MiG-17 somalo en Modgadishu, 1993 (Cortesía de Mick Toal) |
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El contrataque
El plan del General Ochoa era el de limpiar la zona Harer-Dire Dawa, empujando a los somalos en dirección de Jijiga, para destruírlos por allí después. La contraofensiva se inicia con el empleo masivo de la aviación, que hace cientos de misiones. Los MiGs de la FAR apoyan el avance de las Brigadas de Tanques cubanas, y los MiG-21bis y F-5A/E de la FAE a las tropas etíopes. Los MiG-21R cubanos de reconocimiento penetraban profundamente el territorio enemigo, reconociendo sus posiciones e imitando a cazas MiG-21bis, lo que obliga a las antiaréreas somalas a descubrirse, mientras los MiG-17F y MiG-21bis lanzan bombas y cohetes no dirigidos contra las fuerzas acorazadas. En un mes los MiG-21R de la FAR hacen más de 120 vuelos, descubriendo 136 objetivos a atacar. Los somalos son derrotados perdiendo más de 4,000 hombres y 60 tanques, y el 2 de febrero comienzan a retirarse hacia la trampa de Jijiga.
Estos combates de fines
de enero-principios de febrero de 1978 son intensos, y traen las primeras pérdidas
cubanas. Las tropas somalas tenían una buena defensa antiaérea,
con numerosos cañones de 23mm ZSU-23-4 Shilka, ZU-23-2, de 37mm, ametralladoras
de 12,7mm, misiles Strela (SA-7), protegiendo sus fuerzas acorazadas y la artillería.
Los MiG-17/21 de la FAR cumplían misiones de apoyo aéreo a baja
altura, que permite destruír con precisión gran parte del equipo
pesado somalo, pero en ello la AAA le derriba algunos aviones. Es aquí
donde la FAR tiene sus únicas dos pérdidas mortales en la guerra:
el teniente Eladio Campos en un MiG-17F, y el primer teniente Raúl Hernández
Vidal en un MiG-21bis. También el mayor Benigno Cortés es derribado
en su MiG-21bis, pero se catapultea a salvo. Varios otros aviones son averiados.
Al capitán Manuel Rojas García se le apaga el motor de su MiG-21bis
sobre las líneas enemigas, pero logra arrancarlo otra vez. Sin embargo,
la acción de los MiGs cubanos contra los medios AAA fue eficaz, y en el
futuro los somalos abrían poco fuego antiaéreo para no descubrirse.
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Asesores cubanos entrenan a militares etíopes (Cortesía de Andrés Huerta) |
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La toma de Jijiga
El 3 de marzo se inicia la operación. La artillería cubano-etiope, con todos los medios disponibles, incluyendo el apoyo del Grupo de BM-21 yemenitas, lanza su carga mortífera durante casi una hora sobre las tropas somalas en el paso de Marda, apoyando el avance de la infantería etíope. Al mismo tiempo, las Brigadas de Tanques cubanas de Fleitas y Cintra frías con 90 T-55 cada una, atraviesan y rodean las montañas, cayendo sobre Jijiga desde direcciones totalmente inesperadas para las cinco Brigadas somalas. Ante el masivo ataque artillero y la sorpresa de la tenaza cubana de tanques, los somalos caen en pánico.
La FAR apoya la operación, realizando más de 130 ataques con sus MiG-17 y MiG-21, junto a la participación de los helicópteros de ataque Mi-24. La catástrofe del Ejército somalo es total, siendo hostigado por los MiGs de la FAR y los T-55 en su desbandada por los caminos hacia Somalia, y perdiendo en la debacle 6,000 hombres.
El resultado de la campaña está decidido. El 5 de marzo Jijiga es capturada, y en una semana son liberadas las demás ciudades de Ogadén. El 9 de marzo Siad Barre admite la derrota y anuncia la retirada de sus tropas. Para el 13 de marzo las tropas cubano-etíopes ya habían limpiado todo el Ogaden de invasores, finalizando el conflicto. La guerra causa 60,000 muertos (de ellos 15,000 militares etíopes, 20,000 somalos, y 25,000 civiles), 600,000 refugiados. Somalia pierde 250 tanques (3/4 del total), gran parte de su artillería y vehículos.
Esta exitosa operación causa fuerte conmoción en occidente. Los rumores sobre el plan inicial Ochoa-Petrov, el eficaz puente aéreo de suministros desde la URSS hasta Dire-Dawa y la aparición inesperada de los tanques cubanos al otro lado de las montañas, crea las condiciones para que se crea el mito de una supuesta gran "operación aerotransportada" hacia la retaguardia somala en Jijiga. Incluso hay fuentes donde la imaginación les supone el traslado por aire en helicópteros de transporte pesados Mi-6 y medianos Mi-8 desde Dire Dawa hacia Jijiga sobrevolando las montañas, a tropas con unos 70 blindados BMD y BRDM-2, etc.
En esta guerra Somalia y el WSLF reclaman la destrucción
de más de 50 aviones etíopes, de ellos una docena de cazas F-5 y
MiG-21 por sus propios MiG-21 (supuestamente 4 por pilotos pakistaníes),
y el resto por las defensas AA. De sus cazas F-5 Etiopía admite la pérdida
de sólo dos. Por su parte Etiopía reclama el derribo de 23 aviones
somalos. De ellos 2 por misiles antiaéreos S-125 (SA-3), varios por otros
medios antiaéreos, y una docena por sus cazas F-5. El Mayor Sisay de la
FAE reclama 4 MiGs derribados, y los pilotos israelíes reclaman cinco victorias.
Entre derribos y accidentes Somalia pierde la mitad de su Fuerza Aérea,
quedándole sólo 12 MiG-21 y varios MiG-17. Hoy en día, ya
no existe Fuerza Aérea en Somalia.
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Aunque Somalia intenta reponer sus pérdidas tras la guerra, jamás recupera su potencial anterior. Fotos de los restos de la Fuerza Aérea somala tomados en Mogadishu en 1992-1994. 1-Miembro de la compañia noruega del UNOSOM, en un MiG-21 somalo. Mogadishu, 1993 (Cortesía de Karl-Ove Vindenes). 2-Caza F-6 chino (copia del MiG-19) comprado en los años 80, detrás varios MiG-21. 3-MiG-21 bajo los restos de un Islander, encima de un Siai-Marchetti SF260, y detrás un caza F-6. 4-En 1983 Somalia le compra a Oman 7 cazas Hawker Hunter F.76 (Fotos 1, 2 y 3 de Mick Toal) |
El papel de la FAR
Los oficiales etíopes, educados en academias occidentales, al
principio no apreciaban las cualidades de los MiG-21, frente al F-5 (especialmente
por el menor radio de acción), pero al comenzar a usarlo en el conflicto
real desde diciembre de 1977, cambian rápidamente de opinión. Aunque
según el General Rafael del Pino en sus memorias escritas en USA "Proa
a la libertad", después de la guerra en el Ogaden, en Addis Abeba se efectúan
varios combates simulados, en los que los MiG-21 cubanos de los tenientes coroneles
José Febles y Luis Quiñones pierden frente a los F-5 etíopes.
Sin embargo, los mismos combates entre MiG-21/F-5 simulados en la URSS, demuestran
que entre pilotos de preparación similar, el resultado dependía
mucho de la altura y velocidad de tales simulacros, pues cada uno de estos cazas
había sido diseñado para diferentes regímenes de vuelo, el
MiG-21 a baja velocidad y poca altura podía ser menos maniobrable que el
F-5, pero era superior fuera de esos límites.
Etiopía fue donde la FAR usó el MiG-23 por primera vez,
cuando 44 MiG-23BN comienzan a llegar de la URSS a bordo de los An-12 en marzo
1978 al aeropuerto de Addis Abeba. En abril ya estaban listos en la base aérea
de Dire Dawa, pero el conflicto había finalizado. Sus pilotos cubanos llegaron
directamente de la URSS, tras los cursos de preparación. El 13 de setiembre
de 1978 Fidel Castro visita Etiopía, y preside junto a Mengistu un triunfal
desfile militar, donde participan 5 MiG-23BN piloteados por cubanos.
A la izquierda: Tras cumplir con su deber, las tropas cubanas regresan de Etiopía en 1989.
Algunos MiGs de la FAR se quedan en Etiopía un tiempo, pero no combaten más en éste país ni en choques con Somalia ni con Eritrea, a pesar de erróneos reportes en occidente al respecto, aunque algunas pérdidas son inevitables. El 14 de enero de 1982 un An-26 de la FAE es derribado sobre la capital Addis Abeba, pereciendo 73 militares, entre ellos 24 militares cubanos y 24 libios. Después de la guerra las tropas cubanas son reducidas de 18,000 en 1978 a 3,000 hombres en 1984.
En abril de 1988 Etiopía y Somalia por fin firman un acuerdo, donde ésta renuncia al Ogaden, con lo cual la misión cubana cumplió su objetivo y puede regresar a casa. Las tropas cubanas comienzas a regresar, y los últimos criollos abandonan el país en setiembre de 1989, terminando un período de 12 años de colaboración, por el cual más de 40,000 militares cubanos pasaron por Etiopía. Esta guerra se destacó fue por varias causas. El campo soviético demostró su capacidad en realizar grandes y efectivas operaciones helitransportadas, lo cual causó conmoción en los círculos de la OTAN. En el conflicto se estrenan nuevas armas, como los helicópteros de ataque Mi-24 y los vehículos de combate BMD.
El pueblo etíope siempre agradeció el decisivo apoyo de las Fuerzas Armadas cubanas a su soberanía. En noviembre de 2000 el gobierno etíope anunció la construcción de un monumento en honor y agradecimiento a los 160 soldados cubanos caídos en tierras etíopes. Ver también: Los MiG-15 de Cuba Los MiG-17 de Cuba Los MiG-19 de Cuba Los MiG-21 de Cuba Los MiG-21 cubanos en acción Operación Pico: Los MiG-21 cubanos sobre la República Dominicana Los MiG-17 y MiG-21 cubanos en Etiopía (Ogadén) Los MiG-23 de Cuba Los MiG-23 cubanos en acción (misiones aire-tierra en Angola) Los MiG-23 cubanos en acción (misiones aire-aire en Angola) Los MiG-29 de Cuba Enlaces externos: Foro Militar Cubano El caza MiG-29 Los MiG-29 Fulcrum de la Fuerza Aérea Revolucionaria de Cuba Los MiGs cubanos MiG-23 cubanos sobre Venezuela Cuba en Africa, Guerra de Angola
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