Tanques del enemigoRuben Urribarres |
Cinco tanques de este tipo formaban el 4° Batallón
de tanques de la Brigada 2506 de exiliados cubanos, que desembarca por Bahía
de Cochinos el 17 de abril de 1961. Los M41 descienden desde barcazas LCU
por Girón. Combatieron intensamente, apoyando a la infantería, logrando
poner fuera de combate junto a los cañones sin retroceso y bazucas 5 T-34-85,
hasta que fueron derrotados, perdiendo 2 destruídos y el resto fuera de
combate o abandonados sin municiones. Cuba regaló uno a la URSS, que fue
estudiado por los soviéticos, y hoy se exhibe en el Museo de Kubinka de
Moscú. Otro se exibe en el Museo de Playa Girón.
Año
de diseño: 1949 Blindaje: torre 25-38 mm, barcaza 19-31 mm Dimensiones: largo 8080 mm, altura 2850 mm, ancho 3264 mm Armamento: 1 cañón M32 de 76 mm, 1 ametralladora M2 de 12,7 mm y una Browning M1919A4E1 de 7,62 mm | Tripulantes: 4 hombres
Peso 23,500 kg Velocidad 72 km/h Autonomía: 240 km |
| Tanquista exiliado muerto sobre su M41 destruído en Bahía de Cochinos. A su lado pasa una columna de milicianos hacia el frente |
| Uno de los 5 tanques M41 de la Brigada 2506 que desembarcaron en Bahía de Cochinos, exhibido hoy en el Museo de Playa Girón |
Olifant Mk.I (SADF sudafricano en Angola)
En
1957 Sudáfrica adquiere 250 tanques A41 Centurión Mk.3 y Mk.5 en
Gran Bretaña, que constituyeron la base de sus fuerzas acorazadas. Pero
la aparición de los superiores T-55 cubanos en Angola en 1976 y el posible
choque con ellos, obliga al mando sudafricano a comenzar su modernización
en 1977 con la ayuda israelí. Se le instala un motor más potente,
un cañón británico L7A1 de 105 mm, además de otras
modificaciones, recibiendo el nuevo nombre de Olifant Mk.IA. Estas
modificaciones aumentan su peso hasta 53 t, impidiendo que pueda participar en
numerosas operaciones, a diferencia de los T-55 y
T-62 cubano-angolanos (36,5 y 37,5 t), y a pesar de
que su protección prácticamente no mejora.
Pero a fines de 1987 Sudáfrica se implica de lleno en la guerra de Angola, y los Olifants son enviados al combate, participando con éxito contra las fuerzas angolanas en la campaña por el río Lomba. Allí en setiembre se producen los primeros combates de tanques en la guerra, entre los T-55 angolanos y los Olifants. El SADF sudafricano avanza entonces hacia el estratégico punto de Cuito Cuanavale para tomarlo, y los angolanos piden ayuda a las tropas cubanas.
El primer gran ataque a Cuito fue efectuado por el SADF y la UNITA el 13 de enero de 1988. Ese día era tormentoso, con torrenciales aguaceros, y los sudafricanos pensaron que los MiGs no despegarían. Por eso se agruparon abiertamente para efectuar un segundo ataque por la tarde, sin enmascararse y en estrechas formaciones. Este error lo pagan caro. El tiempo mejora ligeramente, y de inmediato despegan de Menongue los MiG-21bis y MiG-23ML cubanos, con 1 tonelada de bombas cada uno. Ellos sorprenden a la agrupación y le causan cuantiosas bajas, destruyendo numerosos equipos. Para aprovechar la ocasión despegan de nuevo los MiGs otras dos veces, esta vez con 2 toneladas de bombas cada uno, y escoltados por 4 MiG-23ML con misiles R-24 y R-60. En total hacen allí 22 misiones, machacando con 32 toneladas de bombas al SADF, que pierde varios Olifants, blindados Elands, y otros vehículos. El SADF desiste del ataque a Cuito ese día, y se retira de la zona para reponer fuerzas, perdiendo en ese intento 7 Olifants bajo el fuego artillero, de los T-55 y de los MiG-21bis y MiG-23ML.
El 14 de febrero de 1988 el SADF y la UNITA comienzan un segundo fuerte ataque a la defensa de Cuito Cuanavale, cuando fuerzas de hasta tres batallones del SADF y seis de la UNITA avanzan apoyados por más de 100 blindados de varios tipos, entre ellos 40 tanques Olifants. Con tal superioridad de fuerzas, logran romper la defensa de la 59° Brigada angolana. Para tapar la brecha son lanzados con urgencia los únicos 8 T-55 cubanos en movimiento en Cuito, al mando del teniente coronel Héctor Aguilar. Ellos detienen a los sudafricanos, destruyendo 10 Olifants y 4 blindados, y perdiendo 6 T-55 (3 por lanzacohetes antitanques RPG, y 3 por los Olifants). El resto de los Olifants se retira marcha atrás. Es el primer choque en la guerra de los Olifants con los tanques T-55 cubanos, y es ganado por éstos, lo cual sería la norma hasta el final de la guerra. El el ataque a Cuito del 25 de febrero son perdidos otros cuatro Olifants,que supuestamente son reparados después. El 23 de marzo los Olifants apoyan el último ataque a Cuito Cuanavale, que termina con otro desastre, al perder 3 Olifants en campos de minas y por fuego artillero.
Los Olifants tampoco pueden impedir la ofensiva cubana hacia la frontera con Namibia, siendo derrotados en cada choque. El 27 de junio de 1988 se producen los últimos enfrentamientos, cerca de la frontera, en las zonas de Calueque, Donguena y Tchipa, donde el SADF es derrotado, abandonando blindados, muertos y un sargento prisionero, y son expulsados a Namibia. El mismo día los MiG-23 cubanos destrozan sus fuerzas por Calueque. Sudáfrica no resiste más, y pide la paz a Cuba. Las fuentes sudafricanas admiten la pérdida de al menos 20 Olifants durante su año de campaña en Angola (1987-88). Sin embargo, en realidad sólo en cuatro diferentes ataques a Cuito Cuanavale son perdidos varios Olifants, aunque la mayoría de las ocasiones los sudafricanos lograban evacuar a sus tanques puestos fuera de combate, para repararlos o para piezas.
Los Olifants Mk.1A eran calificados
como "enormes" y "ruidosos" por los cubanos, tanques de fácil detección
y de poca movilidad, pero con buen poder de fuego y mediana protección
(inferior a la protección de los T-55 y T-62). Por sus características,
eran inferiores al T-62 de las tropas cubanas, tanto
en protección, como movilidad, poder de fuego, y sistemas de dirección
de tiro, pero seguía siendo un temible enemigo. Este obsoleto tanque sigue
hoy en servicio en Sudáfrica, donde quedan en servicio 154 ejemplares.
Año
de diseño: 1945 (modernizado 1977) Dimensiones: largo 9830 mm, altura 2940 mm, ancho 3390 mm Blindaje: torre 51-152 mm, barcaza 51-76 mm Armamento: 1 cañón L7A1 de 105 mm, 2 ametralladoras de 7,62mm | Tripulación: 4 hombres Peso: 53,000 kg Velocidad 45 km/h Autonomía: 250 km |
Uno de los Olifants destruídos y capturados en Cuito Cuanavale en febrero- marzo de 1988, tras los desastrosos intentos del SADF por tomar la localidad (La guerra de Angola) |
Eland (SADF sudafricano en Angola)
Este
blindado sudafricano, tuvo una amplia participación en la guerra de Angola.
En 1964 Sudáfrica compra a Francia la licencia para producir su excelente
blindado Panhard AML, y la organización sudafricana ARMSCOR organizó
su fabricación en los talleres de la empresa Sandock-Austral Beperk Limited
de Boksburg, Transvaal, con el nuevo nombre de Eland. Se hicieron 1,600 en varias
versiones, que con el mismo chasis usaban torretas Hispano-Suiza, que se diferenciaban
por el armamento.
Cuando las tropas del SADF sudafricano invaden Angola durante la "Operación Savannah" con 10,000 hombres el 14 de octubre de 1975 por dos direcciones, estaban ampliamente apoyadas por los Eland. En noviembre ya estaban a las puertas de la capital Luanda. Pero el 8 de noviembre comienzan a llegar las tropas cubanas, armadas poco después con tanques T-34-85 y T-55, artillería y aviación, que detienen al SADF y lo derrotan en varios choques, hasta que son totalmente expulsados de Angola. Entonces en la frontera con Namibia, el 1 de abril de 1976 el gobernador sudafricano de Namibia, el General Ewefp, firma la paz con el Comandante cubano Leopoldo Cintra Frías (futuro héroe de la campaña final de 1988, ver Cuito Cuanavale y Olifant). Numerosos Eland perdió el SADF en esta campaña, por su impotencia ante la técnica pesada, la excelente preparación táctica y alta moral de los cubanos.
Sólo en el combate por Ebo el 23 de noviembre, el SADF y la UNITA sufren la pérdida de 76 muertos, 8 Eland destruídos a manos de los RPG-7 y cañones sin retroceso Grad P de 75mm, además de otros equipos, a pesar de su superioridad numérica 3 veces, encuentro que fue calificado por ellos como el "Domingo negro". A partir de esta campaña el SADF evitaba los encuentros directos con los cubanos, y prefería enfrentarse a la FAPLA angolana. El Eland es un buen equipo para enfrentamientos contra fuerzas ligeras, pero no apto contra enemigos fuertes. De aquellos 1.600 Elands fabricados, hoy quedan en servicio sólo 146.
Año
de diseño: 1959 Dimensiones: largo 3790 mm, altura 2700 mm, ancho 1970 mm Blindaje: 15 mm Armamento: 1 cañón Giat F1 de 90 mm (o mortero de 60 mm o dos ametralladoras de 7,62mm) y 2 ametralladoras Browning de 7,62mm | Tripulación: 3 hombres Peso: 5,500 kg Velocidad 100 km/h Autonomía: 600 km |
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Participan por primera vez en combate en 1985
en Angola. Luego son usados intensivamente durante la última campaña
de la guerra, en las operaciones del SADF "Moduler" y "Hooper".
El 17 de agosto de 1987 la primera batería de G5 comienza a combatir contra
la FAPLA en los combates por el río Lomba. El 15 de octubre comienzan la
hostigación de la zona de Cuito Cuanavale,
que se mantiene durante meses, arrojando estos meses a veces hasta 200 proyectiles
diarios. Durante el último intento de tomar Cuito Cuanavale el 23 de marzo
de 1988, los G5 disparan 700 proyectiles contra sus defensores. A este combate
son lanzados los recién fabricados G6 autopropulsados.
Para la corrección del fuego a menudo usaban pequeños aviones o aparatos sin piloto Seeker RPV. El 3 de setiembre de 1987 por el Río Lomba un misil de un SA-8 de la 21° Brigada angolana derriba al avión Bosbok del Teniente Richard Glynn, con el mejor apuntador aéreo sudafricano de los G5 y G6, matando a ambos. Por lo menos cuatro aviones sin piloto RVP correctores de fuego, fueron derribados.
En
febrero de 1988 comienza la caza de los G5 y G6 por la zona de Cuito
Cuanavale. Anteriormente los MiG-23ML salían a atacar estos obuses,
guiándose por la información operativa de los angolanos o rusos.
Pero esta información con frecuencia era inexacta, o retrasada, y no los
encontraban. Los sudafricanos se enmascaraban muy bien, y dejaban de disparar
cuando detectaban en despegue de los MiG-23, además de que también
todo el tiempo cambiaban de posición. Entonces el mando de la aviación
cubana organiza su propia fuente de información, explorando la zona con
parejas MiG-23ML, que debían llamar al grupos de apoyo de MiG-23. A mediados
de febrero el Coronel Trujillo detecta un cañón G5 por el río
Chambinga, y en vuelo rasante le lanza bombas con paracaídas, luego llegan
los demás MiG-23, que destruyen la pieza. Es el primer obús G5 destruído.
El 21 de febrero el Coronel Trujillo junto al Coronel Luis Alonso Reina organiza
la exploración aérea contra los G5. Desde entonces los sudafricanos
son más cuidadosos, se tienen que retirar al alcance máximo de sus
piezas (disminuyendo la puntería), y casi todo día de vuelos de
MiGs dejan de disparar, por los frecuentes golpes de los MiG-23. Desde entonces
los obuses son en buena medida neutralizados por la hostigación de los
MiG-23ML, y pasan a ser víctimas.
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Un obus G6 Rhino disparando, y otro elevando su cañón a 75° (Cortesía de Anton Dyason y Diego Zampini) |
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Los veteranos sudafricanos de esta guerra testimonian: "Los MiG eran el gran problema en Angola. Nosotros no teníamos nada contra ellos y la FAPLA (apoyadas por Cuba y Rusia) con efectividad tenía la superioridad aérea. Un Sargento de los G5 (artillería) me dijo "Cuando los MiG están en el aire, la guerra se detiene". Los G5 y lanzacohetes múltiples (sudafricanos) tenían que disparar con cuidado en días claros porque ellos podían desenmascarar sus posiciones y entonces los MiG venían a cazarlos" (del libro: Fowler, Barry (1995) "Pro Patria" United Kingdom, Sentinel Projects).
Ante el avance cubano hacia Namibia, los G5 son sacados con urgencia de la zona de Cuito Cuanavale, hacia la zona de Calueque, cerca de la frontera. Ellos intentan hostigar a las tropas cubanas los días 20, 24 y 26 de junio de 1988. Pero entonces se produce la respuesta cubana con el devastador bombardeo a Calueque por los MiG-23ML, tras el cual Sudáfrica pide la paz. En general estos obuses causan pocas bajas con su fuego, a pesar de los fantásticos "reportes" sudafricanos. Su efecto principal era el sicológico, obligando a la tropa a atrincherarse, y a evitar los movimientos a campo abierto, lo cual ya era un logro. Pero como cuentan los veteranos de Cuito Cuanavale, en pocos días se acostumbraban a su fuego. Hoy quedan en servicio en Sudáfrica 45 obuses G5 y 43 G6.
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