Operation PicoRuben Urribarres |
El de 8 de setiembre de 1977 se reúnen con Fidel Castro en el ministerio de las Fuerzas Armadas (MINFAR) el jefe de la DAAFAR General Francisco Cabrera, el Jefe de la Brigada de Cazas de San Antonio teniente coronel Rubén Martínez Puente, el sustituto del Jefe de la DAAFAR coronel Rafael del Pino, y otros jefes militares de alto rango.
Cuando aparece Castro, éste
explica la situación. El gobierno dominicano se mostraba obstenido a arreglar
el incidente armoniosamente, y se mostraba arrogante. El gobierno cubano no toleraría
afrentas al honor del país y de sus ciudadanos, por lo que sin renunciar
a los esfuerzos diplomáticos, se decidió demostrarles irrefutablemente
que las cosas no se quedarían así, y que los pescadores no serían
abandonados a su suerte.
Para presionar al gobierno dominicano a liberar inmediatamente al buque, un escuadrón
completo de 12 MiG-21bis,
los más versátiles y potentes aviones de la FAR, debía efectuar
un vuelo rasante sobre la ciudad de Puerto Plata, que aterrorizaría a los
dominicanos y serviría de mensaje a su gobierno, para demostrar que los
MiGs cubanos llegaban hasta allí, y estaban dispuestos a todo para liberar
a sus compatriotas. Si entonces en un plazo de 24 horas los dominicanos no liberan
al buque, el escuadrón de MiG-21bis bombardearía las unidades militares
dominicanas en Santo Domingo, Puerto Plata, y luego las de Santiago de los Caballeros.
Castro les recuerda que esa hora "H" debía ser a las 10 de la mañana
del día 10 de setiembre. Se pone en marcha la "Operación Pico".
Se prepara la incursión
Ya se habían
cursado la orden a las unidades de la Fuerza Aérea, que reforzaban la zona
oriental de Cuba, colocando varios escuadrones de MiG-21 en Moa, Santiago de Cuba,
Baracoa y Guantánamo, lo cual crearía en Oriente una correlación
de fuerzas muy favorable, que disuadiría a los Estados Unidos a intervenir.
Los MiG-21MF de la zona oriental despegarían para asegurar la cobertura
aérea de la misión. Los Puntos de Conducción de tierra impartírían
órdenes falsas para desinformar. Las tropas del Ejército Oriental
estaban movilizadas en supuestas maniobras tácticas, y un riguroso secreto
y silencio oficial total cubría la operación, por lo que el escuadrón
de MiG-21bis sería detectado sólo al volver de la misión.
Los radares de reserva se habían colocado en puntos estratégicos
orientales cerca de la Punta de Maisí, para controlar las posibles rutas
de vuelo de la aviación dominicana en caso de que decidiera responder.
Las unidades de rescate y salvamento estaban listas para salir en caso de que
algun piloto tuviera que catapultearse.
Cada MiG-21bis llevaría
en este primer vuelo un tanque adicional de combustible de 800 litros, y cuatro
misiles térmicos K-13 (AA-2). En caso de segunda misión de ataque
real, la División Oriental de la DAAFAR les situaría el armamento,
y los MiG-21 llevarían bombas FAB-250 y FAB-500, de 250 y 500 kg respectivamente,
y los terribles racimos de cohetes S-24.
De nuevo, como era frecuente en las operaciones del mando cubano, la
acción era otra iniciativa propia ajena al gobierno soviético, a
los que no se podía mezclar en el incidente. Si los dominicanos llevaban
el caso a las Naciones Unidas, se debían tomar medidas para que todo el
armamento suspendido y los tanques no tuvieran letras rusas, y no fuera usado
como prueba acusatoria contra la URSS. Los tanques auxiliares eran necesarios
para el vuelo, pero de vuelta ya vacíos se convertían en un estorbo,
pues empeoraban la relación consumo - recorrido, y debían ser lanzados
sobre el mar. Como flotarían un buen rato, podrían llegar a las
costas dominicanas (como llegó a ocurrir en realidad), por lo había
que limpiarlos. El espacio aéreo de Haití tampoco debía ser
violado. El asunto debía implicar sólo a Cuba y República
Dominicana.
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Del Pino recibe la orden de escoger los 12 pilotos más experimentados para hacer la primera misión, que debían ser preparados con el mejor escuadrón de MiG-21bis de San Antonio, y se dirige inmediatamente a la esa base. A su vez ganando tiempo, el jefe de la Brigada de Cazas de allí, teniente coronel Rubén Martínez Puente, ordena a su sustituto el mayor Henry Pérez Martínez, uno de los mejores pilotos cubanos: "Oye, necesito selecciones doce pilotos, entre ellos tú, para cumplir una misión importante" (1). Henry Pérez inmediatamente se dedica a escoger los mejores pilotos de la base de San Antonio, y cuando va al despacho de Martínez a acordar los nombres, allí ya se encuentra Rafael del Pino. Ambos aprueban la lista de pilotos, reparten los hombres por tres escuadrillas de 4 MiG-21 cada una, y le explican, que el líder de la misión será del Pino, y Henry Pérez no irá como jefe de escuadrilla, sino como número suyo, para tomar el mando del escuadrón en caso de que le ocurra algo a del Pino. Todo esto significaba que el peso principal de los preparativos recayera sobre Henry Pérez, pues aunque del Pino es audaz y arriesgado en el aire, "era terriblemente apático a todo lo que no fuera volar", por palabras de Pérez (1).
Los 12 pilotos serían:
coronel Rafael del Pino, mayor Henry Pérez Martínez, teniente coronel
Jorge Villardel, mayor Benigno Gonzáles Cortés, capitán Arnaldo
Torres Biart, capitán Manuel Rojas García, capitán Rigoberto
Morales, capitán Evelio Bravo, capitán Armando Castellanos, capitán
Raúl Hernández Vidal, mayor Pedro Pérez y capitán
Díaz. Eran todos excelentes pilotos de alta profesionalidad, y algunos
con experiencia de combate, como el mayor Benigno Cortés, quien había
sido jefe del primer escuadrón de MiG-21MF
llegado a Angola en
1976, y que acompañaba a del Pino cuando éste con su MiG-21MF destruyó
un Fokker F-27 enemigo
en ese país el 13 de marzo de 1976.
Al mediodía los pilotos escogidos fueron reunidos en el salón de briefings a esperar indicaciones especiales de un alto jefe que debía llegar de un momento a otro. Los pilotos se impacientaban, cuando de repente Rigoberto Morales, que espiaba por la ventana, les grita: "Caballeros, es Fidel, ¡es Fidel!"(1). Los pilotos se sorprendieron al ver que quien vino a reunirse con ellos era el mismo Fidel Castro, que llegó en su negro auto ruso Chaika, para comprobar cómo se habían preparado, y por lo tanto, comprendieron que era una misión de suma importancia. Fidel los reúne en el despacho de Martínez, de cuya pared colgaba un mapa a todo color que incluía la República Dominicana, Haití y la parte oriental de Cuba, con un enorme título a color que decía "Operación Pico". Les hace mil preguntas sobre los aviones, sobre cada piloto, sobre el estado anímico, si existía alguno con problemas familiares o de otro tipo, les explica las causas políticas del incidente, la misión a cumplir. Recuerda Henry Pérez: "La misión consistía en darles una contundente lección para que ellos mismos sacaran conclusiones de lo que éramos capaces de hacer"(1). Al final Fidel les dice:
-¡Creo que todo está muy bien!, la única observación que les hago es que deben darle indicaciones al personal técnico para que les quiten las marcas de fabricación a los tanques auxiliares de combustible que se verán precisados a lanzar cerca de Puerto Plata una vez que los consuman. Aunque el gobierno dominicano sepa que somos nosotros los que violamos su espacio aéreo, no debemos dejar ninguna huella que contenga letras rusas, para no comprometer a la Unión Soviética. Además, toda esta operación la estamos haciendo a espaldas de ellos.(2)
Fidel les desea suerte: "Que
todo nos salga bien y sólo tengamos que meterles un poco de miedo nada
más"(1). Al irse Castro, Rafael del Pino y Henry Pérez
siguen planificando las mejores variantes del vuelo, y al terminar, del Pino se
va de la base, y algunos pilotos se fueron a hacer ejercicios físicos.
Los pilotos fueron acuartelados en San Antonio, y esa noche antes del vuelo, después
de comer, jugaron dominó, oían música o miraban la TV. A
las 22.00 h Pérez revisa el borrado de los letreros rusos, y a las 24.00
llega el jefe de la DAAFAR Francisco Cabrera a hacer una última inspección.
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La misión sobre Santo Domingo
La escuadrilla líder vuela al frente, y las
otras dos a sus lados y detrás, con una separación entre ellas de
500-1,000 m lateral y de 1,000-1,500 m de fondo. Entre las parejas de cada escuadrilla
esta separación sería de 50-150 m. El vuelo a 580 km de distancia
se haría a la altura óptima económica en el MiG-21bis, de
6.000-8,000 m, lo que permitiría descender los últimos 90 km en
potencia mínima (80-85% de revoluciones del motor), manteniendo la misma
velocidad. A 20 km del objetivo las escuadrillas se separarían, para "atacar"
cada una su objetivo sin molestarse mutuamente, y se reunirían sólo
para el vuelo de regreso a Guantánamo.
| MiG-21bis de la FAR equipado de igual forma que los de la "Operación Pico": cuatro misiles K-13 y un tanque de combustible de 800 litros |
Todos los aviones regresan sin problemas a
Guantánamo. Allí del Pino recibe la felicitación telefónica
de Fidel Castro por el éxito del vuelo, y le indican que vuele a La Habana
en el Yak-40 de transporte que lo esperaba, para informar personalmente sobre
los resultados del raíd. En el Estado Mayor General ya estaban Fidel Castro,
el Ministro Raúl Castro, y demás altos oficiales. Del Pino tiene
que esperar unos minutos, pues los jefes militares estaban leyendo con interés
las copias de las conversaciones entre los mandos militares dominicanos y los
altos funcionarios del gobierno, que habían sido enviadas inmediatamente
por los servicios de inteligencia cubanos y los regimientos de radioescucha que
monitoreaban las comunicaciones de los países vecinos. Del Pino dice que
se asombra, pues aunque conocía que los servicios de inteligencia cubanos
estaban muy bien organizados, "Nunca pensé que fueran tan eficientes
hasta poder incluso monitorear las conversaciones telefónicas de las dependencias
gubernamentales"(2).
El gobierno dominicano cede
El 10 de setiembre a las 8.30 h, día del esperado ataque, ya estaban listos los MiG-21bis con sus armas y se daba el briefing con los pilotos mientras del Pino esperaba la confirmación de La Habana. En ese momento llega el esperado cifrado del alto mando: "Barco devuelto. Regresar con el circo a casa a las catorce horas. Firmado Senén Casas Regueiros Jefe Estado Mayor General"(2)
Ya no hacía falta el golpe aéreo. El Gobierno de la hermana República Dominicana razonablemente liberó al mercante cubano, y la crisis terminó
Epílogo
| Henry Pérez y Rafael del Pino en pose "heroica" al lado del MiG-15bis N°103, la "cafetera volante" (Foto de "Piloto Maestro", de Henry Pérez) |
Sources
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