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Aviacion Cubana

Che Guevara, piloto cubano


Ruben Urribarres






El Che confesó a sus padres que le dirían aventurero, pero de los que ponen el pellejo para demostrar sus verdades, y que "buscaba su verdad en los tropezones" (1). Consecuente con ello y convencido del férreo cemento que es la práctica, se aferró al timón de los aviones y probó la verdad de que podía ser piloto. Desde la infancia el Che se interesó por la historia de su tío Juan Martín de la Serna, veterinario de profesión y aviador por pasión. Juan Martín llegó a ser uno de los más famosos pilotos de Argentina, incluso fue elegido para formar parte de un vuelo a la Antártida.

Che Guevara junto a su tio en los dias que volaba planeadores Izquierda: Ernesto Guevara a los 21 años en el aeroclub "Albatros" de Buenos Aires, junto a su tio Jorge de la Serna (1)

El tío se compró un Curtiss para hacer acrobacias y murió enfermo cuando el Che tenía 5 años. La madre Celia también fue aficionada a la aviación en su juventud. Esta tradición familiar incluye a otro tío del Che, Jorge de la Serna. Con 21 años, en 1949, el Che comienza a volar regularmente en planeadores junto al tío, aficionado a la aviación y miembro del club de vuelo a vela "Albatros", de Morón, Buenos Aires, donde tomó clases los sábados y domingos durante doce meses. 

Pero es en Cuba en donde el Che se hace aviador, fundamentalmente con la ayuda de su piloto oficial Eliseo de la Campa Tellechea, con quien voló por primera vez, según su Libro de Vuelo (mostrado por su viuda, Haydée Balado Balmaseda), a los pocos días del triunfo revolución, el 25 de enero de 1959. El Che vuela desde la fortaleza de La Cabaña (La Habana) a Nueva Gerona (Isla de Pinos), con Eliseo, y desde allí hasta el aeropuerto Orlando Beltrán, de Santa Fe, en La Habana. Poco después de despegar, el Che le pide a Eliseo los controles del Cessna-182.

El Che junto al su Cessna-182 en enero de 1959
Izquierda: El Che junto al Cessna-182 "Lobito" el día que conoce a su piloto Eliseo de la Campa. La Habana, 25 de enero de 1959 (2)

Eliseo cuenta:
 "Ese día salimos de La Cabaña, y después de haber dado motor y poner rumbo a Gerona, el Che me pidió que lo dejara llevar los controles. Por la coordinación observada en los giros, y la posición del cuerpo al hacerlos, me percaté de que contaba con conocimientos sobre aviación"
(2).

Esa noche regresan tarde, y Eliseo se queda a dormir en la Cabaña. A la mañana siguiente Eliseo prepara el Cessna, y aparece el Che diciendo que tienen que volar ahora a Pinar del Río. En este vuelo el Che le plantea que quiere aprender a volar de verdad. A partir de aquel día el Che le pidió a Eliseo que fuera su piloto, a lo que accedió, convirtiéndose, asimismo, en su instructor de vuelo. Este piloto con 5,000 horas de vuelo, con el tiempo, fue ascendido a Capitán, pasó a otras labores en 1975 y enfermo de cáncer, falleció en 1995, a los 78 años. Eliseo utilizó su avión particular Cessna-182, matrícula CUN-609, monomotor de cuatro plazas, al que llamaba "Mi Lobito" por tener uno pintado en el fuselaje. El Comandante lo denominaba a su vez "La Tatagüita". Eliseo le dio al Comandante en La Cabaña y en distintos viajes de trabajo por el país, instrucciones en despegue y aterrizaje, pero para las primeras clases, considera que el Cessna-182 no es apropiado, y habla con el piloto capitán Orestes Acosta  (muerto heroicamente el 15 de abril de 1961 en un T-33) para que le de clases al Che en un Piper PA-18.

Además, Guevara recibió orientaciones teóricas y prácticas, aunque esporádicas, en Ciudad Libertad y otros lugares, de los aviadores Pepito de Cárdenas (jubilado de Cubana de Aviación), Enrique Carreras (hoy retirado General de Brigada de las FAR), y otros. A fines de 1959 el Che soleó. Cuando un piloto soleaba, la tradición era esperarlo en tierra, y meterlo en un barril de agua, echándole tierra y aceite encima. El Che lo sabía y esperó, pero por el respeto que inspiraba, nadie se atrevió a hacerlo. Después el Che comentaba que se sintió dolido, por no haber pasado tal "ceremonia" obligatoria para los demás pilotos. 

Che y Fidel junto a un Avenger
Izquierda: Con Fidel Castro en 1959, junto a un TBM Avenger de la Marina cubana. En el recuadro pequeño, Che, Camilo y Fidel. Camilo poco después desaparecería en una tormenta sobre el mar volando un Cessna-310 (Cortesía de Tulio Soto)

A partir de entonces Eliseo le da clases de transición al Cessna-182, Cessna-310, Antonov An-2, Let L-200 Morava y Zlin Z-326 Trener Master. El jefe guerrillero voló en viajes de trabajo por toda la Isla, con diferentes compañeros, guiando él en muchas ocasiones, aunque siempre junto a su piloto. El primer ejemplar del Zlin Z-326 Trener Master  fue regalado a Cuba por funcionarios chechozlovacos, y en ese aparato de acrobacias el Che tiene un percance. En él se traslada a Varadero para presenciar los vuelos de pilotos cubanos en MiG-15, y antes de aterrizar, el Che hace varias figuras de acrobacia. Pero al tomar tierra se desploma en un tren, y roza la pista con el ala. Los espectadores que lo recibieron lo felicitaron en broma por el "original aterrizaje en tres puntos", y le dicen que "Es la primera vez que vemos a un avión hacer acrobacias en tierra". El Che se enfadó, y le dice a su piloto: "Mira Eliseo, dale el Trener a los muchachos de la Escuela de Aviación, que este aparato es para pilotos experimentados, y yo no lo vuelo más" (2) 

Anteriormente en el desfile del 2 de enero de 1962 por el 4 aniversario del triunfo de la revolución, el Che Guevara va en el avión líder de una formación de 18 aviones Z-326 que formaban la "V" de la victoria. Con él volaba el piloto Luis Hernández Océs -hoy fallecido- que contara que un día antes le informaron que el Che sería su acompañante en el vuelo. Sabía que era aviador graduado, pero nunca había conversado personalmente con él. El 2 de enero a las 9 a.m. se lo presentaron en Ciudad Libertad, desde donde despegarían rumbo a la Plaza de la Revolución y sólo intercambiaron un simple saludo. A las 10 abordaron los aviones. Luis ocupó la cabina delantera y el Comandante la de atrás. Le invadía una gran preocupación, pues el Trener Master es una nave para pilotos de alta escuela, sumamente sensible y el vuelo acrobático requiere mucha precisión y práctica. 

- Déjeme los controles, Comandante, le dijo Luis.
- No pondré mis manos en ellos, vuele usted, contestó el jefe guerrillero (1)

Así el Che celebró el aniversario en anónimo, porque ni se anunció en la Plaza ni se publicó en la prensa entonces. Poco después la maniobra colectiva era un éxito y rota la formación aérea para el regreso a la base, Luis escuchó la voz del Che por los auriculares pidiéndole los controles. 

-El avión es suyo, le dijo.

Guevara amaba la aviacion El Comandante no le contestó nada, se adueñó de los mecanismos, voló algunos minutos e hizo giros, picadas y ascensos. Segundos más tarde Luis pidió ejecutar el aterrizaje, mientras debajo muchos compañeros seguían con impaciencia la trayectoria del aeroplano. "Cuando quise hacer las cosas impecablemente -contó Océs- los nervios me traicionaron. Como resultado de eso pudo ocurrir un accidente fatal, pues al tomar tierra el avión dio un salto y poco faltó para que se saliera de la pista. Nosotros llamamos a eso despistarse. Una novatada, sencillamente. Alumnos e instructores presenciaban aquello. Me sentía defraudado. Mientras caminábamos junto al grupo que se nos unió a modo de recibimiento o de bienvenida, rumbo al edificio de la base, vi que el Comandante Guevara me miró de soslayo como reprendiéndome en su yo interno de aviador y comentó en voz alta: "Óigame, piloto, no se preocupe en lo absoluto. Usted actuó bien, en realidad quien aterrizó fui yo"(1). Luis confesó que al oírlo respiró con alivio y sintió que se salvaban su orgullo y su prestigio de aviador acrobático. 
 

Zlin Z-326 Trener Master
Z-326 de la FAR
Zlin Z-326 Trener Master
Z-326 de la FAR
Let L-200 Moravan
Cessna-182
Let L-200 Moravan
Cessna-182
Cessna-310
Iyushin Il-14
Cessna-310 como el que piloteaba el Che. Museo de la DAAFAR, La Habana (foto Rubén Urribarres)
Ilyushin Il-14. Muy usados como ejecutivos en los años 60-70. Museo de la DAAFAR, La Habana (foto Rubén Urribarres)

Alexander Alexeiev, embajador de la URSS en Cuba en los primeros años de la Revolución, narró que el Che lo invitó a mediados de 1960 a acompañarlo a Oriente, al timón del Cessna-182. Tenía cierto temor, porque hacía poco tiempo, manejando también el Che, habían tenido un accidente automovilístico con otro auto, del que salieron ilesos. Guevara al verlo nervioso le dijo en broma, que estuviera tranquilo, porque en Cuba aún eran pocos los aviones y, por tanto, mínimo el peligro de choque en el aire.

"Mis temores -escribió Alexeiev- se disiparon cuando el piloto se sentó al lado del Comandante, pero se limitó al papel de observador, pues el Che actuó formidablemente" (1)

Zobeida Rodríguez (Mimí), y María Teresa Sánchez Arrieta, contaron a los historiadores Adys Cupull y Froilán González -autores de una docena de libros sobre Ernesto Guevara dos anécdotas. Mimí relató que una tarde el Comandante la invitó en Ciudad Libertad a dar una vueltecita en la avioneta con los hijos de ella, cosa que algunos oficiales presentes temieron hacer. Al regresar el Che les dijo a aquellos compañeros que aprendieran "del ejemplo valiente de la mujer". María Teresa contó que una mañana se formó tremendo escándalo, cuando vieron al Che "trepado en un helicóptero" (1)

En cierta ocasión vuelan a Pinar del Río a una reunión con otros líderes del país, y de regreso el Che invita a sus compañeros a volar en su Cessna-310, pero ellos se negaron diciendo que tenían que regresar urgente a La Habana y que irían por eso en el Ilyushin Il-14, más rápido. Eliseo cuenta:

"Al subir me percaté de que tramaba algo, no le gustaba que dudaran de sus capacidades de piloto, porque sentía gran apasionamiento por la aviación" (2)

Le dice "Alegan que están apurados, como si esto no volara". El Il-14 tenía prioridad de salida, por lo que sería muy difícil adelantarse. Desde que el Che soleó, Eliseo casi no piloteaba, siempre volaba en el asiento derecho. Pero en esta ocasión le dejó a Eliseo el despegue y aterrizaje. El Cessna-310 del Che estaba ligero de peso, y para ganar tiempo despega sin taxear, con el viento de cola, y siguen volando a La Habana en silencio radial, para no descubrirse. Al aterrizar taxean rápido y apagan los motores en el justo momento que llegaba el Il-14.

El Che sale corriendo y le quita la escalera del avión a los cadetes de la Escuela de Aviación, le dice a Eliseo, "Empuja ahí!", y entre los dos se la colocan al Il-14. Cuando se abre la puerta y bajan sus compañeros, se asombran: 

-!Eh! Che!, ¿¿Pero tú aquí??!!!

El Che les responde: 
-Sí, como me dijeron que estaban apurados, pensé que los muchachos se iban a demorar mucho trasladando la escalerilla y vine corriendo a ponerla yo.... (2)

Era estricto con respecto al uso del avión para asuntos personales. Cierta vez el Che organizó la construcción de una pista al sur de Pinar del Río, con 400 hombres entre los que se encontraba Alvaro Prendes. La pista fue inaugurada por el mismo Che antes de ser terminada, que llegó con Eliseo en el Cessna-310. Días después Prendes tiene un pase de salida, y ve que de repente llega Eliseo y aterriza solo. Prendes se acerca y Eliseo le dice sonriente: 

-Comandante, vengo a buscarlo para llevarlo a La Habana

Despegan a La Habana, y Eliseo lleva a Prendes a su casa en su auto, y al despedirse le dice: 

-Comandante, cada vez que usted salga del campamento me avisa y trataré de irlo a buscar.

Lo mira fijamente y un poco indeciso agrega: 

-Mire, él me llamó y me dijo que lo fuera a buscar...y déjeme decirle que él es sumamente estricto con el uso del avión. le voy a relatar algo...el Comandante siente una gran pasión por la aviación, y cuando él pilotea, yo sólo lo superviso, pues es a veces temerario, como una vez que piloteando él, vimos un gran rabo de nube en la ruta. El se fue acercando tanto para verlo, que finalmente no pude resistir más y le dije: si se acerca más nos vamos a quedar usted y yo en el espacio solamente con los timones en las manos!...(3)
 
Che en el asiento de copiloto
El Che volando junto a Eliseo, esta vez en el asiento derecho de copiloto (2)

El Che llevaba las alas de piloto FAR
El Che llevaba en el pecho a la izquierda las alas de piloto de la Fuerza Aérea Revolucionaria (2)

Ala piloto de la FAR
Ala de piloto de la FAR

   

Eliseo le cuenta a Prendes que una vez estaban cortando caña en el campamento "Ciro Redondo" por Ciego de Ávila, cuando le notifican que su madre estaba grave en La Habana. Eliseo ser preocupa, pues va a tener que irse en auto, y puede no llegar a tiempo antes de que su madre muera. El Che lo ve y no dice nada. Pero minutos después se le acerca y le dice: "Eliseo, hay que llevar a este hombre rápidamente a La Habana, pues se ha dado un machetazo en un pie y aquí en Morón a lo mejor no lo atienden bien y se desangra" (3). Ya en el avión Eliseo le pide al guajiro que le enseñe la "herida". Era una pequeña cortadita de las que se curan con un poco de yodo. El Che inventó ese pretexto para que Eliseo pudiera volar a ver a su madre en La Habana.

Eliseo de la Campa explicó en una entrevista periodística que al regreso de un vuelo a Oriente, mientras le ponía los calzos del avión, el Comandante le dedicó así un ejemplar de su libro "Guerra de Guerrillas": "Al buen siquitrillado (*), guerrillero de espíritu y compañero de muchas horas buenas en los aires de Cuba, Che" (1) 

El Che también volaba de noche. Después de su muerte, Eliseo recibe otro libro, "Vuelo nocturno", de Antoine de Saint Exupéry, con esta dedicatoria de Guevara: "Para Eliseo, amigo y compañero en la primera aventura de chirriniar la noche. Como recuerdo de siempre. Che, Habana, 65" (2).

Tal aventura fue el 3 de febrero de 1959, volando de Santa Clara a Ciudad Libertad, con la esposa del Che Aleida March, y constituyó el primer vuelo nocturno junto a Eliseo y el quinto de todos los que compartieron. Lo de "chirriniar" se refiere al "chirrín", como Eliseo llamaba también a su Cessna-182. En uno de estos vuelos nocturnos estuvieron en peligro, cuando en unión de Eliseo, de Aleida March y de su escolta Hermes Peña, regresó una noche a Bayamo y el aeropuerto estaba sin luz. Con gran trabajo pudieron aterrizar gracias a que un compañero que los vio dando demasiadas vueltas sobre la zona marcó la pista con algunos faroles. 

Siempre el Che fue feliz a bordo de los aviones, menos en las horas trágicas de octubre de 1959, durante la búsqueda en unión de Fidel del Cessna-310 del Comandante Camilo Cienfuegos. Y como aviador, en un artículo recordó así al piloto Luciano Fariñas, desaparecido junto a su gran compañero de la Sierra Maestra: 

"No hay aviones seguros, porque los pilotos no pueden adquirir toda la experiencia necesaria y porque tenía que volar sobrecargado de trabajo" (1), apreciación respaldada por su propia experiencia al timón de aeroplanos tan frágiles como el propio Cessna. 

Eliseo contaba, que el Che se preocupaba por el cuidado de los aviones que volaban. Para controlar la explotación del equipo y darle un oportuno mantenimiento, exigía llevar un control de vuelos, donde se apuntaba el itinerario, cantidad de aterrizajes, duración del vuelo, combustible y aceite gastados, nombre de las personas que lo acompañaban. 

El rigor de los mantenimientos hizo posible que el Che hiciera  más de 1,000 horas de vuelo sin posibilidades de accidentes por el estado el equipo. No era imprudente volando. Si veía mal tiempo en el camino, regresaba al aeropuerto.

En otra oportunidad el propio piloto explicó que al argumentarle al Comandante que era más conveniente recorrer determinada distancia por carretera, el Che lo desarmó con estas palabras: 

"Lo sé, no es ningún descubrimiento, pero... ¿no se da cuenta de que sería privarme de tomar un rato los controles de la avioneta y, por tanto, de la única posibilidad de pasar un tiempo mucho más agradable?" (1)

No llega a volar en los MiGs, aunque soñaba con ello. Se lo dice a Álvaro Prendes

-Mirá...todo lo que quiero es que después me des una vuelta en uno de esos MiGs que nunca he volado. Es un compromiso, sabes...(3)

Pero no le da tiempo, y no se ven más nunca. Por aquellos días el Che aterriza a Ciudad Libertad, y Eliseo se recuesta en el ala del avión esperando a que el Che salga y se vaya en su auto, como de costumbre. Pero al volver la vista, ve al Che que se le acerca y lo abraza. Esto, unido a que el día anterior el Che le pidió que le tomara algunas fotos junto a su familia, le decían mucho a Eliseo, aunque no hablaron nada al respecto. 

Tiempo después el Che partía definitivamente de Cuba. 
 

Fuentes: 


1- Luis Hernández Serrano. "Comandante del aire". Juventud Rebelde, 1998. 
2- Julio A Martí y Casilda Pereira. "El Che, piloto aviador". Revista Moncada, mayo de 1978. 
3- Álvaro Prendes. "Prólogo para una batalla". Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1988. 
- Archivos del autor. 

(*) Siquitrillados llamaban a los grandes terratenientes o empresarios cuyas propiedades fueron nacionalizadas por la Revolución. El Che hacía alusión, en broma, a la entrega voluntaria que Eliseo de la Campa hizo de su vaquería particular. 

  Ver también:
Artículos sobre aviadores cubanos.
Los MiG-15 de Cuba
Artículos sobre la historia de la aviación militar cubana.
La aviación civil cubana en 1959-1975.
1958. La Fuerza Aérea Rebelde (FAR) - La aviación de la guerrilla.
1958. Ultimas operaciones de la FAEC contra la guerrilla.

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